jueves, 25 de enero de 2018

Caducó el discurso globalista, pero aún sin alternativa

Los hechos valen más que mil palabras

Ante el cúmulo de indicios de que la realidad mundial es la contraria a la construida por el relato mediático hegemónico, al comenzar 2018 el globalismo queda al desnudo.
Escribe Eduardo Vior,
exclusivo para InfoBaires24
25 de enero de 2018
 
Desde 1989 la dictadura mediática que domina el mundo invirtió la percepción de la realidad. Aunque todavía machaca que Trump trajo la decadencia de Estados Unidos, que el Papa Francisco fracasó en su viaje a Chile y Perú, que los mercenarios puestos por EE.UU. en el norte de Siria son “combatientes por la libertad” y que en Cataluña se juega la unidad de España contra el derecho del pueblo catalán, su discurso es desmentido por la realidad. Faltan, empero, todavía explicaciones alternativas creíbles.

Trump es sólo el síntoma del colapso imperial

El “cierre” del gobierno estadounidense por la falta de acuerdo entre Congreso y Ejecutivo sobre el presupuesto federal, fue denunciado por los medios como ejemplo de la decadencia a la que Donald Trump ha conducido a EE.UU. durante el primer año de su gobierno que se cumplió, precisamente, el lunes 22.

Por su parte, la BBC en español publicó el martes los resultados de una encuesta mundial de Gallup que mostraría la caída en más de 30 puntos del nivel de simpatía de EE.UU. y el paralelo ascenso de China.

Tanto la prensa liberal como los “think tanks” sobre política internacional acusan al presidente de haber retrocedido ante Rusia en Oriente Medio y ante China en África, Asia y América Latina. Sin embargo, la realidad es la contraria: EE.UU. ya no logra financiar sus guerras. El malestar con la política norteamericana en el mundo ya existía, aunque no se notara tanto. Rusia y China, finalmente, vienen avanzando desde 2013, porque dejan ganar a sus socios y respetan la soberanía e integridad de los estados. Trump sólo ha percibido esta realidad y quiere revertirla en interés de su país.

Los tiempos del Papa no son los de los medios hegemónicos

La prensa amarilla aplicó a la visita de Francisco a Chile y Perú las mismas técnicas que utiliza contra los movimientos populares: corrió el eje hacia los temas morales y se escandalizó ante la “injerencia” del obispo de Roma en la política interna.

Claro que durante la visita del Papa a Chile se podría haber apartado al obispo Barros de su comitiva. Su presencia junto al Papa hizo a los medios hegemónicos y a la pseudoizquierda masónica más fácil desviar el eje del viaje.

No obstante, los tiempos de Francisco son mucho más largos que los de la dictadura mediática. En Chile el Papa logró imponer en la agenda pública el reconocimiento del pueblo mapuche como parte de una nacionalidad chilena pluricultural y el derecho humano a migrar. En Perú, en tanto, devolvió a su sufrido pueblo el sentido de primacía de la comunidad sobre la corrupción y el crimen. Diluidas las nubes de polvo que agitaron los medios, las nuevas consignas calarán en profundidad. 

En Chile el Papa logró imponer en la agenda pública el reconocimiento del pueblo mapuche como parte de una nacionalidad chilena pluricultural y el derecho humano a migrar.

Kurdistán 2018 no es Barcelona 1936

Desde que en 2015 los milicianos kurdos en el norte de Siria resistieron la ofensiva del llamado Estado Islámico (EI), los medios europeos los rodearon de una aureola romántica avivando la asociación con las y los milicianos anarquistas que se alzaron en 1936, para frenar el golpe fascista.

Sin embargo, la imagen heroica se fue deshaciendo, cuando trascendió que estaban pertrechados por Estados Unidos, que en el área bajo su control combaten miles de mercenarios adiestrados por la CIA y que el estado mayor islamista fue rescatado por helicópteros del US Army y refugiado en territorio bajo control kurdo.

Prácticamente derrotado el EI y en retirada Al Qaeda en el noroeste de Siria, la concertación ruso-turca (que no alianza) trata ahora de recuperar el control sobre la frontera sirio-turca. La operación del ejército turco en el sector occidental del confín tiende a expulsar a los kurdos y sus aliados del oeste del Éufrates, liberar la presión sobre el suroeste de Turquía y proteger a los turcomanos en el norte de Siria.

Damasco y Moscú toleran por ahora la operación, porque ayuda a repeler la intromisión norteamericana. Significativamente, Donald Trump no ha dicho palabra, aunque su secretario de Estado, Rex Tillerson, se ha mostrado muy enojado. Es que el presidente no puede parar las intromisiones del Pentágono, pero puede dejar que fracasen. Él sabe que EE.UU. no puede meter las patas en todas partes y que es mejor una retirada táctica que una derrota estratégica.

En Cataluña no deciden los pueblos 

Este miércoles se reúne por primera vez el parlamento catalán electo el pasado 21 de diciembre. Si todo fuera normal, con la constitución del mismo se acabaría la intervención del gobierno central en vigor desde el 22 de octubre por la declaración unilateral de independencia.

Sin embargo, hay ocho diputados electos que no pueden presentarse a recoger su diploma: los cinco refugiados en Bruselas, entre ellos el ex presidente y candidato nacionalista a repetir Carles Puigdemont y los tres que permanecen en prisión preventiva, entre los cuales el ex vicepresidente Oriol Junqueras. Si bien los presos pueden mandatar a otros parlamentarios para que retiren sus títulos, los exiliados no.

En la sesión del miércoles las formaciones nacionalistas irán coaligadas e impondrán la Mesa del Parlament. En los días siguientes, tras reunirse con los distintos bloques, el presidente del legislativo puede proponer candidato a la Presidencia de la Generalitat. Para ello tiene diez días hábiles, por lo que la primera sesión de investidura probablemente sea el 31 de enero.

Corresponde a la Mesa resolver cuál será el formato de la misma. Es decir, podrá decidir si permite que los exiliados y presos participen a distancia, lo que casi seguro sea vetado por el Tribunal Constitucional. Si así fuera, se frenaría la investidura, pero ya correrían los plazos para repetir las elecciones. O sea que, después de que España votó tres veces el año pasado, su región más díscola pretende repetir el desatino.

En Cataluña se enfrentan la tozudez de la monarquía y el gobierno conservador, que sólo apoyan la unidad del Estado en la obediencia, con la de los conservadores y liberales catalanes que, financiados por George Soros, aspiran a la destrucción de todo Estado nacional. Los pueblos son convidados de piedra o masa de maniobra. Aquí todavía no ha asomado el sentido de realidad.

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Cuanto más lejos del centro imperial, más patente la contraposición entre la realidad y el discurso dominante. La verdad globalista se ha resquebrajado, pero todavía no hay remplazos válidos. 2018 será, pues, un año de mucho desorden a la busca de nuevas coordenadas para el entendimiento internacional. No está claro, si surgirá un consenso, pero sí es definitivo que la retórica que nos ahogó durante casi 30 años caducó.

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Eduardo J. Vior